Cómo Estados Unidos engañó a Irán.
Durante semanas la administración de Donald Trump mandó mensajes mixtos al mundo sobre sus intenciones en Irán. Al final se cumplieron las predicciones de los más pesimistas.
El día de ayer Estados Unidos atacó las 3 principales instalaciones del programa nuclear iraní: Fordo, Natanz e Isfahán. Esto después de una semana de incertidumbre sobre si Trump decidiría involucrar a su país en el conflicto y hasta qué punto. Aunque al final se cumplieron las predicciones de los más pesimistas, y una vez que ya sabemos el desenlace, es fácil decir que este siempre fue obvio, la realidad es que por un momento realmente la moneda estuvo en el aire.
En este artículo hablaremos precisamente de algunas de las muestras que mantuvieron viva la duda sobre qué haría el gobierno de Trump. Partiendo de la postura inicial de EE. UU. ante las tensiones en aumento en Medio Oriente, pasando al ataque de Israel sobre Irán el 13 de Junio de este año, terminando con los movimientos y tácticas engañosas que se usaron en los días y horas previas al bombardeo estadounidense el día de ayer. Pongamos estas preguntas como objetivo a resolver a lo largo de esta entrega:
¿Hubo un verdadero esfuerzo estadounidense por evitar el conflicto en Irán?
¿Cuáles fueron las acciones de Trump que se acusan ahora como un engaño deliberado?
¿En qué momento cambió la postura de Washington?
Previo a los ataques - Una oportunidad a la diplomacia
El tema de una posible guerra entre Israel e Irán no es nuevo, Netanyahu, primer ministro de Israel, ha estado llamando a la comunidad internacional a participar en este conflicto al menos desde 1992. Sin embargo, es cierto que la tensión aumentó considerablemente este año, probablemente debido a la muy debil posición en la que se encontraba Irán. Con la posibilidad de este conflicto latente, la postura de la administración de Trump fue en un inicio la de resolver los problemas entre estos dos países de manera pacífica.
Muchas personas podrían rechazar inmediatamente la idea de que un presidente estadounidense no estuviera a favor de un conflicto armado. Este es más un esterotipo que un análisis realista, aunque como todos los estereotipos tienen cierta justificación en la experiencia previa. El detalle es que Trump llegó al poder en gran parte con la promesa de no meter a EE. UU. en más conflictos, especialmente en Medio Oriente. El punto importante en mencionar esto no es creerle o no creerle a lo que dice un político en campaña, sino entender la dinámica de la coalición que formó el partido republicano para ganar una victoria histórica en 2024. Trump y su partido tenían un interés real en mantener esta imagen anti-guerra, pues una buena parte de su popularidad y por lo tanto sus posibilidades de futuras victorias electorales estaba ligada a ella.
Por esto encontramos declaraciones en las que Trump esperaba no tener que apoyar a Israel en un, en ese entonces, posible enfrentamiento con Irán. Conforme la presión fue aumentando, Estados Unidos negociaba con Irán para buscar un acuerdo que limitara su programa nuclear a través de la diplomacia.
"¡Seguimos comprometidos con una solución diplomática al problema nuclear de Irán!", escribió Trump en su plataforma Truth Social.
"Mi administración ha recibido instrucciones para negociar con Irán. Podrían ser un gran país, pero primero deben abandonar por completo la esperanza de obtener un arma nuclear", añadió.
Reuters, 12 de Junio, 2025
Incluso el día que comenzaron los bombardeos israelíes Trump seguía mostrándose en contra de ellos y a favor de una solución negociada.
“Trump había presionado repetidamente al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que retrasara un ataque israelí para darle más tiempo a la diplomacia, aunque el propio presidente había amenazado con bombardear la nación del Golfo si las conversaciones nucleares fracasaban.”
Reuters, 13 de Junio, 2025
A través de su enviado especial al Medio Oriente, Steve Witkoff, Washington continuaba sus esfuerzos diplomáticos con sus contrapartes iraníes. Había una reunión programada para el domingo 15 de Junio en Omán, dos días después del inicio de la guerra. Esta reunión obviamente fue cancelada, pues tras la agresión de Netanyahu Irán consideró que no podía confiar en cualquier oferta de negociación por parte de Estados Unidos. Probablemente con justa razón.
Para muchos observadores, estas posturas iniciales son muestra de un engaño deliberado por parte de la administración de Donald Trump para hacerle creer a Irán que el riesgo de un ataque israelí no era tan alto. Aunque hemos expuesto otras presiones a las que el presidente estaba expuesto que podían motivarlo a evitar la guerra, nos es dificil descalificar completamente las acusaciones de que todo fue una elaborada farsa.
13 de Junio - Operación “León Ascendente” y la postura cambiante de Trump
Al final de cuentas, Bibi Netanyahu decidió iniciar la operación para desmantelar el programa nuclear iraní por su propia cuenta. Se buscó decapitar a la guardia revolucionaria de Irán, se eliminaron científicos nucleares de alto rango y se debilitó fuertemente la capacidad de respuesta aérea.
La primera reacción de EE. UU. fue la de distanciarse de estos ataques. Inmediatamente después de iniciada la operación “León Ascendente”, el secretario de estado y consejero de seguridad de Trump, Marco Rubio, intentó minimizar la participación de su gobierno.
“No participamos en ataques contra Irán y nuestra principal prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región”, declaró Rubio. “Israel nos informó que considera que esta acción es necesaria para su defensa”.
The Times of Israel, 13 de Junio, 2025
Sin embargo, el tono del discurso fue cambiando paulatinamente pero con una dirección clara. En los días siguientes Trump continuó declarando que esperaba hubiera una resolución pronta y no violenta pero que a veces los países “deben pelear primero”. El 15 de Junio se reportó que el gobierno de EE. UU. había rechazado un plan por parte del ejército israelí para asesinar al ayatolá, lider de Irán. Llegando a esta semana la postura del presidente era ya abiertamente confrontacional. Para el 17 de Junio Trump publicaba en su red social que “sabía exactamente dónde se escondía el ayatolá” y que “no lo matarían, por ahora”.
Uno de los puntos más reveladores en nuestra opinión fue el enfrentamiento que Trump tuvo con su secretaria de inteligencia Tulsi Gabbard. Gabbard había testificando ante el congreso en Marzo de este año que la evaluación de la inteligencia estadounidense sobre la amenaza nuclear de Irán era que no tenían evidencia de que se estuvieran desarrollando armas de destrucción masiva en ese país.
En marzo, Gabbard testificó ante el Congreso que la comunidad de inteligencia [CI] “sigue evaluando que Irán no está construyendo un arma nuclear, y el Líder Supremo [Ali] Jamenei no ha autorizado el programa de armas nucleares que suspendió en 2003. La CI continúa monitoreando de cerca si Teherán decide reautorizar su programa de armas nucleares”.
Time, 22 de Junio, 2025
Cuando Trump fue cuestionado sobre esto simplemente respondió que “no le importaba lo que dijera” y que “estaba equivocada”. Para este punto era claro ver el dramático giro que había dado la retórica del presidente, ignorando incluso al más alto oficial de inteligencia de su país.
Durante todo este tiempo, seguía llamando a reuniones con Irán. Ante la incertidumbre que estas declaraciones erráticas generaban, Trump trató de calmar el ambiente diciendo que la decisión de involucrar a Estados Unidos o no en el conflicto la tomaría en al rededor de 2 semanas para dar espacio a posibles negociaciones. Esto lo dijo solo 3 días antes de atacar Irán.
21 de Junio - Operación “Martillo de Medianoche”
Lo que nos lleva al día de ayer. Estados Unidos decidió atacar 3 blancos estratégicos del programa nuclear en Irán. Siguiendo con la línea de ambigüedad, por llamarla de una manera caritativa, de Trump, el ataque comenzó con otro engaño. Durante la tarde del sábado se reportó la movilización de 2 bombarderos B2 desde Missouri con destino a Guam. Estos bombarderos son los únicos capaces de transportar los misiles MOP GBU57, necesarios para poder atacar instalaciones tan fortificadas como las de Fordo. Se reportó incluso que estos aviones tenían la orden de no avanzar más al oeste que Guam. Esto en cojunto con la previa declaración de que Trump tomaría un periodo de 2 semanas para tomar una decisión parecía ser solamente un movimiento de intimidación o preposicionamiento.
Sin embargo para la noche en nuestro hemisferio estabamos escuchando a Trump celebrar el “gran éxito” de la operación militar en Irán. El ejército estadounidense reportó que este grupo de B2 con destino a Guam fueron solo un distractor, mientras que otro voló sin parar desde Missouri hasta sus blancos en Irán, recargando combustible en el aire. Una última mentira, propia de una operación militar de esta naturaleza, en la secuencia de eventos que terminaron con la entrada de EE. UU. a la guerra.
Aunque dificlmente una sorpresa, la población iraní aún así no esperaba un ataque americano tan pronto.
Conclusión
Entonces, regresemos a nuestras 3 preguntas, te ofrecemos nuestras respuestas, como siempre como punto a considerar, en ningun aspecto creemos sean definitivas.
¿Hubo un verdadero esfuerzo estadounidense por evitar el conflicto en Irán?
Creemos que sí, había suficiente presión política para motivar a Trump a evitar esto. Las primeras reacciones de su administración también dejan ver esta consideración. Sin embargo también había presión política en el sentido contrario y al final esta fue la que se impuso.
¿Cuáles fueron las acciones de Trump que se acusan ahora como un engaño deliberado?
Las primeras declaraciones llamando a la negociación con Irán y sus múltiples muestras de primero no querer involucrar a EE. UU. y después de “estarlo pensando”. Cabe decir que Trump se encontraba en una posición relativamente ventajosa en la cual podía mostrarle a su base que estaba intentando evitar una guerra, pero en caso de que al final decidiera entrar esta postura servía para hacer “bajar la guardia” marginalmente a Irán. Algo que le vino bien al momento de atacar.
¿En qué momento cambió la postura de Washington?
Creemos que fue tan pronto Israel comenzó a tener éxito en su operación contra Irán. De haber resultado menos efectiva de lo que fue, Trump probablemente hubiera visto como riesgoso para su imagen involucrar a su país. Ante el éxito inicial del IDF, el cálculo cambió a ver como un potencial punto de popularidad colgarse una victoria militar en Medio Oriente.